Los paradigmas. Teorías del conocimiento
El estudio del conocimiento no es un hecho reciente, sus
inicios más formales se remontan a épocas caracterizadas por los enfoques filosóficos que buscaban dar explicación a cuanto acontecía a su alrededor, buscando aportar un soporte convincente que permitiera la aceptación generalizada de sus afirmaciones.
Paulatinamente otros teóricos, de quienes se retoman algunos planteamientos, han retomado esos preceptos en procura de adaptarlos a su
devenir, observándose de esta manera la complementariedad de los avances propuestos. De esta manera, cabe citar a
Picardo (2002), al exponer que
“La
teoría del conocimiento platónica, o epistemología, parte del principio de que
la esencia, o explicación de todas las cosas, reside en la conciencia o
reflexión interior de la persona capaz de traducir la realidad material en una
realidad pensada en conceptos e ideas” (p.18).
Se percibe en este extracto cómo las teorías más actuales mantienen la línea de pensamiento filosófico de la era de Platón o de Kant (2005), quien en su momento expuso que:
…la mera forma lógica del conocimiento puede
contener la fuente de nuestros conceptos puros a priori, los cuales representan objetos previos a toda experiencia
o muestran, mas bien, la unidad sintética que hace posible un conocimiento
empírico de los objetos. La forma de los juicios (convertida en un concepto de
la síntesis de las intuiciones) originó categorías que dirigen todo uso del
entendimiento en la experiencia. Igualmente, podemos esperar que, si aplicamos
la forma de los silogismos a la unidad sintética de las intuiciones, bajo la
guía de las categorías, tal forma contendrá el origen de especiales conceptos a priori que podemos denominar conceptos
puros de la razón o ideas trascendentales,
la cuales determinarán, de acuerdo con principios, el uso del entendimiento en
la experiencia tomada en su conjunto (p.228).
Como muestra de la hilación conceptual de los teóricos del conocimiento, cuando se revisa la teoría propuesta por Davenport y Prusak (2001), se observa que lo definen como:
…una mezcla fluida de experiencia estructurada,
valores, información contextual e internalización experta que proporciona un
marco para la evaluación e incorporación de nuevas experiencias e información.
Se origina y se aplica en la mente de los conocedores. En las organizaciones, con
frecuencia no solo queda arraigado en documentos o bases de datos, sino también
en las rutinas, procesos, prácticas y normas institucionales (p.6).
Por
su parte, Vilaseca y Torrent (2005) lo visualizan como un recurso
provechoso, exponiendo que “Entendemos por conocimiento lo que nos dice la
epistemología, la teoría del conocimiento: el proceso humano y dinámico que
consiste en justificar una creencia personal hacia la certeza” (p.126), a lo cual
agregan que incorpora cuatro tipos:
1. Saber qué (Know-What):
referido al conocimiento sobre los hechos.
2. Saber por qué (Know-Why): relaciona el saber científico y las leyes de desarrollo
vinculadas con la naturaleza, la mente humana y la sociedad; tiene importancia
para el desarrollo tecnológico.
3. Saber cómo (Know-How):
se corresponde con las aptitudes y actitudes personales, en razón de la
capacidad para realizar algo, es decir, habilidades, destrezas, talento y
dones.
4. Saber quién (Know-Who):
concierne a comprender quién informa sobre una temática de interés basada en
una mezcla de habilidades que incluye la eventualidad de una acción.
Como exponen Vilaseca y Torrent (ob.cit.),
…este conocimiento incluye un conjunto de
relaciones sociales para acceder a esta información y utilizarla
eficientemente... En resumidas cuentas, el saber quién se refiere al concepto
de red de conocimiento y a su uso, de manera que relaciona y hace interactuar a
los tres anteriores (p.130).
Por su parte, de acuerdo con Nonaka y Takeuchi (1999), las organizaciones procesan y crean conocimientos, considerando que es
“...la unidad analítica básica necesaria para explicar el compartimiento de las
empresas…” (p.xii). Esta proposición deviene de la conceptualización de Polanyi (1967a,
1978b), para quien el conocimiento es resultado de la habilidad humana de
percibir, reflexionar y actuar adecuadamente; ante lo cual Nonaka y Takeuchi (ob.cit.) definen como “…una
creencia verdadera justificada…consideramos que el conocimiento es un proceso
humano dinámico de justificación de la creencia personal en busca de la verdad”
(p.63).
Tipos
de Conocimiento
Cuando se profundiza en la teoría cognoscente, se detecta
el aporte de Polanyi (2009c), quien basa el conocimiento en tres principios: (a)
el descubrimiento auténtico no se rige por reglas articuladas o algoritmos, (b)
es público y personal (más que subjetivo es tradicional, dado que contempla
acciones, normas, valores, reglas), (c) bajo el conocimiento explícito se ubica
el tácito, que según este autor constituye el saber fundamental.
En consecuencia, ese conocimiento es bidimensional, dado
que puede ser focal y tácito. La dimensión versa sobre el conocimiento sobre el objeto o fenómeno observado y la segunda,
refiere el conocimiento usado como
instrumento o herramienta para manejar o mejorar la interpretación de lo
observado. Bajo este contexto agrega que el proceso contempla un
conocimiento estático (Knowledge) y
uno dinámico (Knowing). En su
concepto expone que el conocimiento se adquiere, no se tiene, pero se
transfiere a través de tres mecanismos sociales: la imitación, la
identificación y el aprendizaje por la práctica.
Por su parte, Nonaka y Takeuchi (ob.cit.), asumiendo la
propuesta de Polanyi (ob.cit.a,b) clasifican también el conocimiento en
explícito y tácito (implícito), constituyendo el primero de ellos un lenguaje
formal trasmisible de una persona a otra, que Vilaseca y Torrent (ob.cit.)
denominan saber qué y saber por qué; en ambos casos puede accederse a ellos a
través de libros, data, entre otros, ya que son tanto observables como
codificables, por lo que pueden expresarse de manera formal y sistemática,
factibles de ser procesados, trasmitidos y almacenados.
De manera complementaria, el conocimiento tácito se vincula
con el aprendizaje a través de la experiencia, implicando elementos
imperceptibles como las creencias y los valores. Para estos autores, tales
características acrecientan su importancia, dado que constituyen parte
elemental del comportamiento o conducta humana. La interacción entre ambos
conforma, a su vez, el dinamismo que da origen al conocimiento organizacional,
el cual se da en espiral, interactuando entre ellos e incluyendo en ese
intercambio los niveles individual, grupal y organizacional de toda
institución.
Bajo este contexto, Vilaseca y Torrent (ob.cit.) enfocan ese
conocimiento tácito como el saber cómo y el saber quién, aclarando que ambos
conllevan cierta dificultad al momento de transformarlos en información. El
primero se obtiene mediante aprendizaje educativo y profesional. Nonaka y
Takeuchi (ob.cit.) lo denominan dimensión técnica, agregando que se conforma por
las habilidades no formales poco sencillas de definir, y lo expresan bajo el
término Know-How, es decir, el saber
cómo desarrollar una tarea o trabajo.
El segundo, como acotan Vilaseca y Torrent (ob.cit.), se
consigue con la experiencia profesional y especialización educativa, aunado al
contacto e intercambio con colegas, cursos técnicos, eventos académicos, entre
otros. Como se observa, están afiliados al trabajo y circunscritos a elementos
técnicos-cognoscitivos, vinculados con la experiencia práctica, habilidades y
cualificaciones poco sencillas de detallar. Nonaka y Takeuchi (ob.cit.) lo
caracterizan como dimensión cognoscitiva, señalando que está constituido por
esquemas, modelos mentales, creencias y percepciones propias de cada persona;
refleja la imagen individual que se tiene de la realidad (lo que existe, lo que
es), así como la visión a futuro (el deber ser).
Para visualizar una ejemplificación sobre este proceso, se sugiere revisar el trabajo del Grupo Taurus Asesoría Universitaria (s.f.). Proceso de creación del conocimiento, disponible en el siguiente link:
https://es.scribd.com/document/109798102/PROCESO-DE-CREACION-DEL-CONOCIMIENTO
Referencias
Davenport, T. y Prusak,
L. (2001). Conocimiento en Acción. Cómo
las Organizaciones manejan lo que saben. Buenos Aires (Argentina): Prentice
Hall.
Kant, I. (2005). Crítica de la Razón Pura. (Ribas, P., Trad.). Madrid (España): Editorial Taurus.
Nonaka, I. y Takeuchi, H. (1999). La Organización Creadora de Conocimiento. Cómo las Compañías Japonesas crean la Dinámica de la Innovación. México (México): Oxford University Press.
Picardo, O. (2002). Educación y Sociedad del Conocimiento: Introducción a la Filosofía del Aprendizaje (pensar y enseñar a aprender a partir de la historia). San José (Costa Rica): Coordinación Educativa y Cultural Centroamericana (CECC).
Polanyi, M. (1967a). The Tacit Dimension. London (England): Routledge & Kegan Paul Ltd.
Polanyi, M. (1978b). Personal Knowledge. Chicago (United States): The University of Chicago Press.
Polanyi, M. (2009c). The Tacit Dimension. Chicago (United States): The University of Chicago Press.
Vilaseca, J. y Torrent, J. (2005). Principios de Economía del Conocimiento. Hacia una Economía Global del Conocimiento. Madrid (España): Ediciones Pirámide.
Excelente Presentación. Me llama la atención cuando haces referencia a Captar o recibir la información como una de las fases de la gestión del conocimiento. Tengo entendido que existe diferencias entre datos, información y conocimiento; los datos son elementos característicos recogidos de las fuentes primarias y/o secundarias de acuerdo al tipo de investigación; cuando estos datos son procesados generan información útil al investigador para luego convertirse en conclusiones finales que van a dar respuesta al proceso investigativo. Es decir, formación de teorías que contribuyen a enriquecer el conocimiento.
ResponderBorrarExcelente producto. Felicitaciones.
Saludos, Carlos. Tal como expones, existen diferencias entre los términos, pero de acuerdo con el proceso, puede entenderse que el conocimiento que se gesta constituye "información" para el receptor, que a su vez deviene del conocimiento del trasmisor. espero aclarar la duda y gracias por el comentario, posibilita aprehender algo más de la temática.
BorrarAnte todo, reciba un cordial saludo y felicitaciones por la construcción de su Blog compañera Norma Maritza Caira Tovar.
ResponderBorrarConcuerdo con el comentario realizado por el compañero Carlos González, en cuanto a que existe diferencia entre datos, información y conocimiento. Supongo que la confusión obedece al primer gráfico que aparece en el presente artículo, el cual está referido a las etapas por la que pasa la información al ser percibida por el ser humano, y como enunciado del gráfico dice Gestión del Conocimiento y las etapas por las que debe pasar el conocimiento en una organización. En este sentido, para que se dé la conversión y flujo de conocimiento en una organización lo apropiado es implementar el modelo SECI, ya referenciado en otro de sus artículos.
Por otra parte, ciertamente, a partir de la perspectiva filosófica de Kant se funda la Teoría del Conocimiento, también designada como teoría del pensamiento verdadero, la cual constituye una disciplina filosófica que se encuentra enmarcada dentro la vertiente material, no formal, de la teoría de la ciencia. Esta teoría le ha dado soporte teórico y validez a diversas disciplinas, siendo su interés la explicación e interpretación filosófica del conocimiento humano, al igual que alcanzar respuestas a interrogantes basadas en la verdad del pensamiento a partir de las posibles formas de relación entre el sujeto y la materia u objeto.
Loredana Carrillo
Saludos, Loredana. Agradezco los comentarios y aprovecho para aclarar la duda, como lo hice con el compañero Carlos.
BorrarSi bien existen diferencias entre los términos datos, información y conocimiento, el proceso de gestación de este último, al ser cíclico, comprende que el conocimiento que se gesta constituye "información" para el receptor que lo recibe por primera vez, a pesar de derivar del conocimiento del trasmisor. espero aclarar la duda y gracias por el comentario, posibilita aprehender algo más de la temática.
Excelente presentación e información.. quisiera añadir que con la gestión de conocimiento ofrece empresas exitosas que producen objetos de calidad, innovadores, ambientes de trabajos que implican desafíos constantes, ganas de crecer, de igual forma con ellas las empresas atienden el medio ambiente, no siendo indiferente con el medio donde actúan, osea que como beneficio se proponer crear riquezas a partir del conocimiento.
ResponderBorrarTotalmente de acuerdo contigo, Sheila, sobre todo cuando la gerencia asume el rol de direccionar los procesos innovadores estimulando la creatividad del talento humano con que cuenta la organización que dirige.
BorrarExcelente presentación, el tema tratado es claro y está soportado por buenos autores y estudiosos del conocimiento. Sin embargo, el modelo presentado recoge mi propuesta de la Gestión del Ciclo de Vida del Conocimiento, allí en cuadra una etapa que está incluida en el modelo del blog de Norma que corresponde a la curación de contenido, que incluye a las fases de análisis, selección, creación de valor y protección de la información, toda esta información debe ser tratada de manera que pueda ser externalizada para ser usada como conocimiento. Ósea transformar la información importante en conocimiento, es allí en donde la empresa puede aprovecharla para su desarrollo.
ResponderBorrarSaludos, Jairo. No me queda claro el comentario que has añadido, pero agradezco la visita al blog.
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